Las cosas que nos hacen mal nunca se alejan,

desaparecen de la mirada y se impregnan en la escencia de un hombre,

que hasta ayer era una persona maravillosa

y hoy es el ser más cretino que existe.

Ese soporte,que te levanta cada vez que tropezas
es como un paraguas, te salva de las peores causas.
pero un día todos abren ese paraguas

que soportó tantas tormentas,

fuertes vientos que se empecinaban con hacerlo desaparecer,

y algunas veces pasan días soleados;

y muestran sin querer hacerlo

ese corazón lastimado 

esa mente inducida a hacerles tanto mal,

reposando sus dolores en personas que todavía están frente al arcoíris

sin darse cuenta que detrás de ellos

se asoma una fuerte tormenta

que es resistible, pero no para sobrevivientes

sino para aquellas personas que todavía tienen esperanzas

de encontrar aquéllos amigos que una vez abrieron su paragua

y se fueron con la tormenta,

convirtiendose en una más, pero sin fortaleza, muy tarde se dió cuenta que...

que su paragua ya lo había perdido.