lunes, 20 de diciembre de 2010

Que sí, que conozco sus sonrisas  y me sé de memoria los hoyuelos que le salen en las mejillas y su forma de ver las cosas
Que he recorrido mil veces su cuerpo en busca de lunares nuevos, y me sé con los ojos cerrados dónde me dejó la marca de sus besos. Que no hay cielo que se compare con sus ojos y el sol podría salir con que solo respirara. Que sé las locuras que pasan por mi mente cuando sus pestañas chocan con las mías y sé que si sus manos se vendieran yo sería la mejor postora aunque se vendieran caras. Que todo lo que le rodea es sencillo, que tiene un corazón complicado y por eso a veces es tan fácil enamorarse de sus palabras.

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