sábado, 30 de julio de 2011
No vuelvas amor, vuela lejos.
No vuelvas timido y arrogante, con ese porte de caballero y esas palabras de galán, con esa sinceridad que aparentan transmitir tus ojos y tus deseos que inhundan el alma sincera de una mujer apasionada. No vuelvas inspirando paz, no eres así. No vuelvas desparramando miradas por doquier. No vuelvas atreviendote a ser quien nunca quisiste ser conmigo. No vuelvas en mi busqueda. No quieras volver, con esa dulce melodía que acompaña tu andar, tus pasos que queman la tierra y hacen de tus ojos un timido destello de luz, el sol mismo en frente de mí. No vuelvas galardonado como el que me enseñó a vivir o a amar, ni siquiera intentes hacerlo. No vuelvas para querer platicar que tus andanzas por el mundo y querer deslumbrar a quien te cruce por el camino, o sólo a mi. No vuelvas pronunciando palabras de amor, que son tan filosas que lastiman mi alma. No vuelvas así como si nada, como si ayer te hubieras marchado, como si fueramos dos extraños, como si no fuera cierto que tu y yo nos seguimos amando.
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