A veces se me da por decirte cosas en silencio, esas que suelo callar sin motivo alguno, pero te las digo.
Algunas veces te grito, te digo todas las cosas que de mi boca tan callada como la tuya a veces suelo ocultar, oculto algunos anhelos de libertad, de... de aquello que siento cuando estoy sola.
Otras veces te abrazo, no te lo digo pero lo hago, un poco de timidez voy a guardar hasta que decidas abrir una ventana, alguna puerta en la que yo quepa en cualquier lugar de ti.
Mas de una vez, la verdad no las he contado, pase tantas noches a tu lado, sientiendo el peso que cae como una pluma al vacio, al igual que tu cabeza sobre mi almohada. Te imagino recostado conmigo, puedo ver detrás la pared y frente a mis ojos los tuyos, tan cautivos de mi imaginacion como tu vago pasar por mi cintura.
Quise querer sentirte, verte al lado de mis pasos como un seguidor, un narrador de mi vida. Quise también, tus brazos rodeandome, quiero sentirte... todavia quiero hacerlo.
Quiero crear dentro del pecho ese sentimiento que realmente me haga saber todo lo que quise sentir desde que me hablaron de todas esas cosas que nos ocupan la imaginacion, de eso que le da un tinte de dulzura, ese que si no existe la vida ningun sentido podría tomar.
Suelo omitir el hecho de que muchas veces tropece torpemente, estuve nadando en aguas muy dificiles pero distante sin alguna señal te veia dibujado en mis pupilas, eso que deberia aparecer, nadie sabia cuando ni como ni donde se pronunciarían las primeras palabras, donde se escribiría el primer guion de una buena historia, de esas que cautivan al publico y solo te alimentan de quien sabe qué. Te veo penetrado en mis pupilas desde aquél entonces.
Quiero llevarte preso de mis colores, de mis absurdas sentencias de dolor, de tu pureza intacta.
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