viernes, 13 de julio de 2012

"Estamos juntos, eso importa"

Los años pasan de la forma que menos nos gusta, a pesar de sus frase diarias son pocos para todo lo que hay en el mundo.
Había recordado hace un tiempo atrás, como me gustaba guardar retazos de cielo de todos los colores, a diario, en una pequeña caja de cristal. En esa vieja cazona, que tiene más dias mios que de el resto. Bajo el techo que ya ni recuerdo cuantas gotas de llanto se evaporaron y llegaron hasta allá.
Estaba el parqué brilloso como el sol y las estrellas en la noche, y hoy era polvo y viejas tablas que guardaban ruidos oscuros, las alegrías se habian esfumado hace tiempo; como hace tiempo se marchitó el jazmin que mamá dejaba en la ventana para que entrase su aroma e inhundara el living de la casa.
Me fascinaba cuando entraba la luz del sol y era el momento en si, una fotografía, y por afuera se veía como pasaban las estaciones y todo tan igual allá adentro.
Ya hacía un buen tiempo que no iba de "visitas", no era un enfermo ni nada por el estilo, era La casa, mi antigua vida. Sabía hasta con los ojos cerrados cuantos pasos debía contar para llegar hasta quien sabe donde, tambien recuerdo ese rechinar especial de la tabla que estaba floja y abajo se encontraba la mitad de mi vida.
Había ido a buscarla, eso creo... quizás el vacío de años los habría dejado con el pasado entre ruinas, telarañas y olor a desolación. Traté primero de abrirla a la fuerza, y luego recordé que tenia su respectiva "llavecita" esa estaba en mi habitación. Creo que un poco de miedo había juntado, era tan tenebrosa, yo no creería como pase tanto tiempo ahí pero debí recordar que antes había calor humano dentro de aquí.
Si, la puerta de mi habitación no daba señales de nada, ni siquiera un mensaje que anticipe a uno a donde iba a entrar. ¡Que inmadura era a veces! creía en tantas cosas, eran hermosas las paredes y los secretos que guardaba, ¡Shhh!, me dije, siguen siendolo no lo sabe mas nadie que yo y esta habitación.
Me había encontrado con mi otro yo en aquél momento, mi juventud no pasó desapercivida, al contrario golpeó mi corazón con fuerza y avisandome que yo sabía que ocultaba todo esto.
Me gustaba esconder cosas detrás de las visagras de la ventana, había unos cuantos nombres en las paredes, algunas nubes en el techo y un poco de llanto en los ojos, porque sabía cuantas cosas se quedaron allá... y no hablo de lo material, hablo de momentos, dolores, que nunca nadié supo y lagrimas que nunca nadie me vió llorar. Se me vino una carcajada, recordé tantos show que había dado, tantos diálogos que quise entablar y nunca pude, tantos amigos había abrazado que hoy no me acordaba, aquél lugar era mi vida.
Por encima del placard se encontraba la llave de la caja de cristal, primero limpié el polvo que la cubría como una manta, como si pasara mucho frío. En fin, dejé tantos recuerdos para enfocarme en la misteriosa caja, la abrí con cuidado los años no suelen conservar muy bien las cosas materiales... habían cartas, pedazos de papel de charlas sin sentido, algunos papeles de caramelos mis favoritos, claro que si. Y en el fondo como si lo hubiera querido enterrar estaba la foto, y debajo suyo un papél que se notaba que habia sido arrancado con rapidez, no importaba su forma sino su contenido. Y mi lágrima casi intacta, petrificada estaba en el centro de él... ahora recordaba porque lo había dejado, algunas personas pensamos que los recuerdos pueden quedarse en donde pasaron que no deben continuar un camino en el cual no tienen lugar.
Dí vuelta la fotografía, estabas vos tan radiante, brilloso, tu pelo enredado entre mis dedos y mi otra mano atajando la tuya, claramente declaraba que "no te quería soltar nunca". Mi cara...y se vino en ese momento eso que sentí cuando la tomamos, cuanta felicidad me traía tu presencia, y un beso en tu mejilla... había sido desde siempre mi mejor foto.
Leí el trozo de papel, mis manos temblaban como cuando estaba cerca tuyo...
"Es hermosa esta foto, ¿verdad?, claro...estamos juntos, eso importa"
¿Qué destino tan cruel no?, nadie sabía cuanto yo te extrañaba ahora, cuanto mis ojos sangraban de dolor por dentro, y como me marchité con tu recuerdo, con tus ojos lejos... desde tanto tiempo, que no estoy junto a ti. Hace tiempo me había dicho que fuiste lo mejor que me había pasado, pero hace tiempo también que nunca habías dejado de serlo, que nunca nadie había podido ocupar tu lugar ni lo que fuiste, ni lo que eramos. El amor me había llegado tan frescamente y vos de portador, como te amé amor... no te imaginas cuanto.
Una vez me habías dicho que: "algunos recuerdos deben de irse, son recuerdos porque nunca iban a volver y porque el destino por lo menos nos dió la oportunidad de ser", y como también me dijiste que te olvidara.
Y yo no sabría que hacer si te veo de nuevo, si llorar porque te extrañé toda la vida, o reir, sonreir y volver a sentirme viva porque habías vuelto.
Yo todavía no me olvido de nada... ¡No! yo solo quiero saber que "estamos juntos, eso importa".

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