lunes, 2 de febrero de 2015

Ando

Ando buscando un amor
al que no deba temer
la injusticia, el desvarío,
la pena, la incertidumbre.
Donde pueda reposar
en finos horizontes,
al filo de los andenes,
y morir.
Morir, hasta que
el sol despierte las ganas
inestables todos los días,
y seamos dos
desarmando el firmamento,
y seamos dos
deshaciendo todo anochecer.
Quiero un amor natural,
con piedras y manantiales,
con un prado sin lluvias
para encontrarnos
cuando el corazón
deje de latir.
Quiero un amor
que no le duela el tiempo,
que no le envejezcan las alas
ni deje de romper las olas
contra mi voluntad.
Un amor del color del tacto,
con rasgos de niñez.
Un de esos que
me haga olvidar cualquier penar,
desnude la riqueza
y seamos dos pobres
nadando en el desierto,
en el rio de la sangre sin pretensión.
Quiero para que me quiera,
y aunque muera de soledad
me haga saber que
sera tanto el amor recibido,
que podre volverme loca
con la tranquilidad de saber
que lo que quiero ya sera mio,
tan mio que no pretenderé
querer nada mas.

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