Yo soy la ambición,
si pierdo no habrá nunca un ganador.
Soy la soledad,
me gustan los ojos si se nublan
y que pueden entrar en la mente,
porque soy la soledad
y no hay otra cuestión,
cuestiono desde el sol,
desde la tierra hasta la voz.
Después de todo siempre estoy yo,
que me acuesto,
frío, tiemblo y no erizo el fuego
que aunque quema se aflige,
que aunque quema me da igual.
Salgo para llenarme de mi un poco más,
me pierdo y me vuelvo a encontrar,
hay un camino hecho
que yo debo transitar.
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