Dicen que antes ya me habían visto, los náufragos son de todas partes pero jamas de alguien. La especie extinta, con manchas de vino barato en las camisolas de colores barridos por la sal del mar.
Dicen que nadamos entre aguas peligrosas, pero opino que aun mas peligrosa es su humanidad artificial e incoherente. Es entonces que las disputas se afilan, insultos tras insultos... claro, como si uno tuviera que ducharse de mentiras y así "estar limpio" de nuestras verdades.
Todas estas personas han colmado mi paciencia, no hace menos de tres meses que me lance al abismo de querer conocer estas grandes ciudades, y los mares que hay dentro de cada persona. Pero en verdad, nadie posee valentía que me atraiga.
Dicen que estoy solo, que "el mar es así, se los tragan y nunca vuelven a hacer quienes era"... es que, uno se encuentra con uno mismo, mar adentro de uno. ¿Acaso conocen el mar tanto como yo lo amo? ¿y ustedes?... que pintan caras fingidas por doquier... ¡Vamos!, no es la primera vez que los oigo pronunciar " uno nunca termina de conocer a las personas". ¿yo? ¿solo?.
Tengo que decir que me atragante esta mañana, como la anterior y la anterior, con ese sol matutino que se refleja en los bares, las calles, en una ciudad tan grande, habitada de frialdad, deshabitada de pasiones. Ella empedernida en querer recorrer mis venas, hirviendo mi cristal azul que costea la belleza blanca.
Y de blanco siempre ha sido ella, espuma de ligera ausencia, con las olas que te repiten en cada instante. Uno desearía adentrarse, si tan sólo estuviera acá...
Me pierdo... pero siempre me mantengo aquí. Me escabullo, me incendio, me hielo, pero siempre soy naufrago. Siempre tengo la ausencia indagandome ¿qué hubiera pasado si... ? ¡Nada! nada hubiera pasado. Porque el claro del sol no te iluminaría, porque nada simplemente, nada hubiera ocurrido.
Tal vez hubiera hecho la balsa de tu madera ferviente, y tal vez la "soledad" no sea el mal augurio que me dejaste, ni tampoco yo hubiera sido naufrago.
Es que, somos una especie extinta, casi.
Es que, como te fuiste y me dejaste, ahí quieto en silencio me refugio, ¿quién sabe, quién te recuerda?
la corriente mia, fluyendo adentro, sabe de vos.
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