viernes, 24 de junio de 2011

Dulces pecadores, dulces pecados.

Inundame en fundamentos absurdos del porqué de aquel beso. Miente como nunca lo haz hecho, oculta tu deseo lejos de aquí. Dime si quieres que no era lo que deseabas hacer.
O si lo deseas sólo dime que siempre quisiste hacerlo, como yo siempre desee que sucediera... yo acusaré a tu ser irracional y a mi instinto, de haber seguido ésta locura. Culpame a mí, pues nunca me arrepentiré de haber dicho que lo hagas. Si quieren castigarme por algo que esperé toda mi vida... pues ¡háganlo!, éste será el pecado más perfecto, el más inhumano de todos, mentirles a quienes nos rodean, acusarnos de pecadores, y ocultar a todos la verdad, al decir que tu y yo no nos amamos.

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