Esta mañana cuando estaba tratando de que mi cuerpo se acomodara a este dulce invierno, senti eso que viene despues del desamor, despues del llanto, de la resignación y angustia. Diría que sentí ganas de llorar, mi mente se embargó por completo y me trasladé a la calle donde te habia besado por primera vez. No recuerdo cuando fue la ultima vez que lo hice, preferí no contarlo.
¿Acaso tantas cosas nos habian pasado?, no era justo que un nuevo día yo tengo que recordarte, es que en parte, no quería hacerlo.
A ti no te imagino gastando unos segundos de tus mañanas para repetir mi calor, o por lo menos tratar de hacerlo.
Te recuerdo como yo te conocí, sentado en el bar de Marco, ese que tiene olor a cigarro y dejadez por todos lados. ¿Recuerdas?, te vi y diste en el punto cuando me miraste, ¡Ah! era como si supieras lo que quería. Esa imagen, ese porte de "caballero" que habia atravezado el muro de concreto con el pecho y aguantado tantos dolores como pasos para alcanzar lo que se quiere, y no... asi no era; te gustaba tomar la botella con tu mano izquierda y en la derecha posar tu cigarrillo entre tus dedos, tan tuyo como yo lo fui cuando tus ojos me recorrieron, casi me senti acariciada.
Timidamente una mirada escondida me abrazaba, sabias como me gustaba que me ignoraras despues, que te supieses tan dulce y amargado, lo sabias.
Algunas mañanas como hoy, se me da por pensar en las flores que se marchitan y no vuelven en si, solo se convierten en parte de las primeras brisas de la primavera con olores a jazmin, a rosas olvidadas como lo hiciste conmigo. Y otras veces, trato de recuerda cuando me quisiste y cuando no, ¿alguna vez ocurrió eso?.
La mitad de mi ser, esa mitad que te quería que te sabia querer y aunque no supiese, siempre lo hubiera hecho... esa fue la que me dejó andando. Y ahora miro el mundo en blanco y negro, ya no recuerdo la alegría... ¿ acaso te lo podría preguntar? Si tu ni siquiera lo sabrías.
Me dejaste tan colgada del viento, de mis dedos fríos... me dejaste como me encontraste.
Me diste un motivo para tantas cosas, me dejaste una razón para estar completando estas lineas, y también supiste dejarme amarrada. Tendrías que haberte presentado desde tu parte que yo siempre odié... con el cigarrillo en la mano y con la otra tocando la suerte de mi corazón hecho pedazos, y tus pasos flotando, como si fueras libre, para después caer quien sabe donde, pero no en mis brazos, de eso estoy segura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario