domingo, 13 de abril de 2014

Naturaleza

Mundo no cedas ante el precipicio de la humanidad,
déjalos caer ¡vamos!
que de raíces venimos, y a ti hemos de ir.
Sin embargo es el acostumbrado horizonte
de tu segunda, o ultima oportunidad,
nos amas eternidad
de tu maravilla.
Pero, ellos,
algunos que te retienen en los pulmones
necesitan tu canto,
de cálido suspiros,
y morirnos entre tus brazos,
no nos dejes en soledad.
nadie te posee compañera y
sin embargo,
caigo en la amarga tristeza
que sin ti no hay quien me sostenga.
Devuélvannos el mundo
sin nosotros,
que nos alejen y
nos castiguen el alma,
si de pecadores se trata...
no pediría jamás que entiendas
la complicada cabeza,
ni estos pensamientos
 porque
es injusticia
considerar vida
nuestra existencia que te aniquila,
donde vivimos matando, matándote mundo.
Pero...
repito el alma,
una y otra vez,
daré guerra sin tocar tu piel,
sin herir tus horizontes...
¿cómo dar guerra, si lastimando
a alguien más, lastimo tu creación?

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